Crítica Posesión Infernal: Satisfactorio remake
Este remake del clásico de culto
de 1981 que por entonces dirigió Sam Raimi es satisfactorio en términos
generales. Siguiendo las indicaciones que el actor Bruce Campbell (productor de
esta nueva versión) dio en Twitter, la mejor forma de enfrentarse al visionado
es entendiendo previamente que no pretende ser una cuarta parte de la trilogía
clásica. Tampoco una reescritura de la primera “Evil Dead”. Sino, más bien, una obra con independencia a sus antecesoras
que utiliza el universo magistralmente creado antaño por Raimi para ahora
vislumbrar otras posibilidades.
Funciona como un reloj suizo.
Cumple sus propias expectativas. Desde que se desatan las tinieblas y se abren
las puertas del infierno la película adopta un excelente ritmo frenético que te
impide aburrirte, pensar, o despegar los ojos de la pantalla. Como película de
terror que es, su meta está en conseguir entretener. Como dirían los Rolling Stones: “It’s only Rock ‘n’ Roll, but I like it”. El
director Fede Alvarez demuestra que sabe caminar solito y no simplifica su
trabajo en un “copia y pega” de la obra primigenia. Aporta estilo y
personalidad propia al sanguinario, violento, y tremendamente divertido relato
de terror que es “Posesión Infernal” (Fede Alvarez, 2013). Para los que buscan
emociones fuertes, esta película está repleta de gratas sorpresas. No sólo
dirigidas a los fans de la original (que captarán un encanto especial en el
filme), sino para cualquier amante del buen cine de terror. Eso sí, no hay que
olvidar llevar un chubasquero. Los litros de sangre llegan hasta la última fila
de la sala.
Pero permítanme que vuelva a
subrayar su excelente ritmo narrativo. “Posesión Infernal” te deja sin aliento.
Cuando termina la película sientes que has bajado de un coche a gran velocidad.
Es gratificante y consigue llegar a un magnífico climax final adornado con el
título de la película de lado a lado de la pantalla.
El español Roque Baños demuestra
con su composición que sabe lo que necesitaba esta película. Él, como Fede
Alvarez, camina por su propia senda pero sin olvidar de dónde viene y a dónde
va. Es decir, aunque no deja de lado ciertas particularidades de la composición
que Joseph LoDuca creó en el 81, se permite el lujo (muy acertado) de dar su
estilo personal a la obra. Licencias que ambientan la aterradora diégesis de
“Posesión Infernal” para apuntalar y embellecer. Se convierte así la música en
causa directa de los buenos resultados en muchas de las secuencias.
Estamos ante una película con
clase y estilo. Los profanos pensarán que se trata de una “bizarrada” gore que
no se toma en serio a sí misma. Cosa que suele ocurrir, desgraciadamente, en
producciones con altos niveles de sangre en el celuloide. Pero este no es el
caso. “Posesión Infernal” está realizada con excelente pulso y su discurso está
construido con premeditación, inteligencia y personalidad.
Seja o primeiro a comentar
Publicar un comentario