Ben Stiller, mejor director que actor
Nuestro amigo el director de cine Pablo Riquelme vuelve a dejarnos una de sus críticas de cine. Esta vez le ha tocado a una película que al parecer le ha tocado hueso y corazón: La vida secreta de Walter Mitty.
Aquí os dejamos su opinión.
Estoy
convencido. Ben Stiller es mejor
director que actor. Y lo dice alguien a quien le encanta ver actuar a este gran
cómico. Sus películas, aunque no están estrictamente escritas por él, sí que
poseen una clara reescritura y enfoque gracias al trabajo de dirección que
aporta. “La vida secreta de Walter Mitty” no es una comedia convencional más.
Se trata de una obra llena de positivismo, y muy conmovedora, en la que los
elementos dramáticos funcionan tan bien como los cómicos. La balanza está
equilibrada para hablar de un tema actual y crudo como es el paro y la llegada
arrasadora y aplastante de las nuevas tecnologías. La exponencial desaparición
del interaccionismo social a manos de chats, trabajos on-line y desprecio por
el prójimo.
La película
utiliza los mismos elementos de los que pueda servirse un cuento para hacer
llegar su moraleja final. A bote pronto, podríamos pensar que es excesivamente
fantasiosa. Pero, como en un cuento, utiliza esos elementos para hacer que la
narración cobre vida. Todos los detalles están presentes en la historia con un
propósito y el guion los une con gran acierto. Las digresiones mentales del
protagonista que, a fin de cuentas, son los conceptos más utilizados en la
campaña publicitaria del filme, gustan. Y gustan mucho, además. Se trata de un
humor absurdo muy entrañable que causa en el espectador un abanico de
sensaciones que va desde la sorpresa incómoda hasta la carcajada más ruidosa.
La actuación de
Ben Stiller es magnífica. Pero he de subrayar por encima de cualquier otra, la
breve y certera aparición del grandísimo Sean Penn que, una vez más, y con
menos minutos que nunca, demuestra que es un absoluto genio. Los efectos
visuales nada tienen que envidiar a una superproducción llena de “pirotecnia” como
puedan ser “Man of Steel” (Zack Snyder, 2013) o “Transformers” (Michael Bay,
2007). Walter Mitty no es el nuevo Forrest Gump. Estoy seguro de que tampoco
pretende serlo. Quizás juegue más en la liga de Harold Crick en “Más extraño
que la ficción” (Marc Forster, 2006). Pero en cualquiera de los casos, les
puedo asegurar algo: disfrutarán, no se aburrirán en ningún momento, y saldrán
de la sala con una sonrisa en la cara. Es una película recomendable e, insisto,
llena de positivismo. Cosa que no viene mal en estos días.
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