Los Mercenarios 2: acción nostálgica
Hoy os dejamos la crítica que ha hecho Pablo Riquelme que ha realizado de Los Mercenarios 2.
Los Mercenarios 2: Acción realizada con un poco de nostalgia ochentera y noventera
Con cariño. Así se ha hecho la
película. Tanto que el propio Stallone es consciente de que debía dejar al
mando a un señor director del cine de acción de los 90 como es Simon West.
Bendita decisión.
Tan endiabladamente entretenida
que no se le puede medir con la misma regla que a una película estándar. Porque
no lo es. Los personajes son planos, sí. El malo es muy malo. Y el bueno muy
bueno, pero ¿y qué más da? Así era el cine de acción que nos cautivó durante la
infancia… ¿no? De hecho, algunas de las frases que podemos escuchar en los
cinco primeros minutos de película son:
-¡Agáchate!
-¡Oh, mierda!
-¡Morid, cabrones!
Realmente alcanza el propósito
que persigue, y los actores están en la película con tanta fuerza como el
futbolista de banquillo cuyo entrenador le deja jugar en un gran partido. ¡Van
a por todas! Y es que el interés de esta película no está en su mensaje, en su
argumento, ni en su ambientación (que tampoco está nada mal), sino en su
reparto. Jean-Claude Van Damme está
inconmensurable y el joven Chris Hemsworth, por el cual yo no habría dado dos
duros, funciona a la perfección. Quizás no tanto por él sino por cómo se le ha
utilizado en la estructura general del filme.
Eso sí, no creo que la película
interese en gran medida al espectador medio que se mete en la sala para ver
cualquier cosa. Está claro que va dirigida a un sector muy concreto de
“retro-fans” que quieren ver el museo de estrellas que se presenta. Muestra de
ello son los chistes que los actores se van soltando a lo largo del metraje.
Una forma de hacernos ver que son
plenamente conscientes del lugar del que vienen, de dónde se encuentran, y de
lo que les queda, o no, por vivir en la industria del cine.
Haré también una mención especial
al compositor Brian Tyler. Un joven músico que empezó en el cine haciendo
bandas sonoras de películas de bajísimo presupuesto como “Bubba Ho-Tep” (Don Coscarelli,
2002). Y que se ha ido metiendo en la industria poco a poco hasta llegar a
componer piezas tan efectivas como las que acompañan a esta película.
Un servidor, cuando al finalizar
se encendieron las luces del cine, sólo tenía ganas de gritar: “¡¡¡Rock and roll!!!”
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