Prometheus: curiosa visión de la evolución humana
Aquí os dejamos la crítica de Pablo Riquelme.
Prometheus: curiosa visión de la evolución del ser humano según Ridley Scott
En muchas ocasiones me han
preguntado: ¿Realmente es tan importante la figura de un director en una
película? ¿Se llega a notar si un director hace mejor o peor su trabajo?
Pues bien, PROMETHEUS no es más
que la respuesta a esa pregunta. Ridley Scott, quien ya ha demostrado
sobradamente en su carrera que es un gran director con BLADE RUNNER, ALIEN o
GLADIATOR, por ejemplo, vuelve a subrayar que donde radica la esencia de sus
películas es en él mismo. No le hace falta trabajar siempre el mismo género para
crear (y escojo la palabra “crear” a sabiendas de todo lo que ella significa)
mundos completos tal y como él lo decide. Su trabajo no se simplifica en la
elección de cuántos planos o ángulos de cámara van a tener sus películas, sino
en cómo va a crear un universo sólo y únicamente para disfrute del espectador.
La película PROMETHEUS es la
curiosa visión de la evolución y creación de la humanidad desde el punto de
vista de Scott. Un punto de vista en el que se narra de una forma casi poética
el caos y la destrucción en conjunción con los conceptos de creación y
nacimiento. Un viaje a la Ciencia Ficción más clásica en la que el director,
como ya he mencionado, diseña un mundo concreto a partir del cual, y sólo desde
un pequeño prisma con respecto a la totalidad del mundo que ha creado, se nos
va a narrar la trama. Algo así como el arquitecto que diseña en planos toda una
ciudad para después sólo construir el parque central de ésta. Aunque Scott no
nos muestre la totalidad de su universo, es fácilmente apreciable que su diseño
se amplía mucho más allá de lo que abarca la cámara. Y este es, sin duda, el
punto más sobresaliente de la película: su enorme poder visual. Hacía muchísimo
tiempo que un servidor no salía tan contento con el trabajo de un director en
ese nivel visual al que hago referencia.
Por otro lado, el guión no es la
última Maravilla del Mundo. De hecho, todos hemos visto películas con un
esquema similar al de PROMETHEUS. Pero es importante tener en cuenta que el
objetivo de la producción no es proporcionar un guión innovador, sino un guión
que haga sentir nostalgia a los amantes del género y de la saga ALIEN, y que
enseñe a las nuevas generaciones la verdadera esencia de la Ciencia Ficción.
Género que el propio Scott ya revitalizó al dirigir ALIEN-EL OCTAVO PASAJERO. Y
sí, lo subrayo, he dicho: “enseñe”. Porque Ridley Scott es un auténtico maestro
del Séptimo Arte. Y su trabajo está mucho más cerca de lo que la definición de
cine debería ser que el de otros despropósitos que por obligación, y en ocasiones
por curiosidad, he tenido que ver a lo largo de mi vida…pero ese es otro tema.
En una rueda de preguntas y respuestas sobre PROMETHEUS en América, uno de los oyentes preguntó a Scott si en su nueva entrega el público se estremecería tanto como en aquella escena en la que el Alien aparece por primera vez del estómago de John Hurt en “El octavo pasajero”. Él, con total atrevimiento, dijo: “Sí. No hay duda”. Yo pensé que era un error aventurarse a afirmar algo así, pero después de ver la película puedo aseguraros que hay más de un momento realmente impactantes a todos los niveles. Bien es cierto que el Terror no está tan presente como en “Alien”, y en esta ocasión pesa mucho más la Ciencia Fición. Pero no por ello dejarán de estar pegados en sus butacas hasta el misterioso desenlace. Desenlace que resuelve muchas dudas, y aporta nuevas preguntas que, inevitablemente, todo espectador pretenderá resolver al salir de la sala. Les será imposible no hablar de muchos de los puntos de la trama e intentar arrojar luz sobre ellos. Y ahí es donde creo que radica también una de sus genialidades. Porque si sales de una película y eres incapaz de hablar de ella en materia crítica ya que lo más importante eran “los puñetazos que Hulk pega a sus oponentes”, entonces desde mi punto de vista esa película sufre de algunos problemas.
En una rueda de preguntas y respuestas sobre PROMETHEUS en América, uno de los oyentes preguntó a Scott si en su nueva entrega el público se estremecería tanto como en aquella escena en la que el Alien aparece por primera vez del estómago de John Hurt en “El octavo pasajero”. Él, con total atrevimiento, dijo: “Sí. No hay duda”. Yo pensé que era un error aventurarse a afirmar algo así, pero después de ver la película puedo aseguraros que hay más de un momento realmente impactantes a todos los niveles. Bien es cierto que el Terror no está tan presente como en “Alien”, y en esta ocasión pesa mucho más la Ciencia Fición. Pero no por ello dejarán de estar pegados en sus butacas hasta el misterioso desenlace. Desenlace que resuelve muchas dudas, y aporta nuevas preguntas que, inevitablemente, todo espectador pretenderá resolver al salir de la sala. Les será imposible no hablar de muchos de los puntos de la trama e intentar arrojar luz sobre ellos. Y ahí es donde creo que radica también una de sus genialidades. Porque si sales de una película y eres incapaz de hablar de ella en materia crítica ya que lo más importante eran “los puñetazos que Hulk pega a sus oponentes”, entonces desde mi punto de vista esa película sufre de algunos problemas.
Por último, no se han de dejar de
lado las magníficas interpretaciones de todos y cada uno de los miembros del
reparto. A destacar Michael Fassbender, quien a pesar de tener el listón muy
alto en cuanto a la interpretación del personaje del androide por el que ya
grandes actores como Ian Holm o Lance Henriksen habían pasado, consigue
estremecerte, emocionarte e impactarte con gran pulso.
En resumidas cuentas, PROMETHEUS
es una producción apta para cualquiera que pretenda pasar dos horas de tensión
y disfrute a partes iguales. Pero no hay duda de que los que más gratificados
se sentirán serán aquellos amantes del género de la Ciencia Ficción y de la
saga “Alien”.
P.D.: Pocas veces las referencias
explícitas de un director a sus fuentes resultan tan efectivas para la película
como lo es en este caso con “Lawrence de Arabia (1962, David Lean)”.
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