"El mundo se divide en dos, Tuco: los que encañonan y los que cavan. El revólver lo tengo yo, así que ya puedes coger la pala". ( Clint Eastwood en El bueno, el feo y el malo)
Este año comenzamos el curso cinematográfico 2014 con una crítica del director Pablo Riquelme sobre la última película de los hermanos Coen. Aquí os dejamos las impresiones de Pablo tras videar (como diría nuestro drugo Alex) A propósito de Llewyn Davis.
"A PROPÓSITO DE LLEWYN DAVIS"
La nueva película de los hermanos Coen, "A propósito de Llewyn Davis", es una elegía. Un relato honesto, crudo y realista sobre aquellos que se quedaron en el camino.
Soberbia actuación de Oscar Isaac como actor principal y una puesta en escena que intimida por su gran potencial. Frío, desolación y lamento. Todo trazado con el ácido y característico humor negro de estos directores.
El discurso de la película no es apto para todo tipo de público por dos razones: la sinceridad de su mensaje convierte al filme en una visión poco esperanzadora sobre el mundo artístico y, más concretamente, del espectáculo. Pero, además, la particular narrativa de estos dos genios que hay tras las cámaras siempre convierte a la obra en un producto muy polarizado. En mi caso estoy en el banquillo de los que han salido admirados por el trabajo. Los Coen saben, desde la primera línea de guión, cuál es el objetivo al que quieren llegar y el sabor amargo que van a producir. Si quieres ver una utopía sobre la vida y el espectáculo entonces "A propósito de Llewyn Davis" no es tu película, ni tampoco los Coen son los directores que buscas. Pero si es un cine sólido y potencialmente tragicómico lo que buscas, gozarás.
Era una película recomendable incluso antes
de saber mucho sobre ella. Pero ahora que la he visto puedo decir, de una forma
sincera y sin tapujos, que emocionó.
“Argo” dirigida por Ben Affleck es un
producción cargada de tensión y suspense. Un thriller que durante todo su
metraje te mantiene con el corazón acelerado. La narración de Affleck como
director es magnífica. Sus técnicas para que el ritmo sea frenético son
acertadas en todo momento. El montaje paralelo, de hecho, ayuda en gran medida
en este caso. Es algo que ha sido muy
utilizado. En películas tan potentes como, por ejemplo, “Heat” (Michael Mann,
1995). Aunque, no por ello, siempre ha sido una técnica que saliera indemne.
Sin embargo, no sólo ésta, sino otras como la incrustación de imágenes reales
en unión a las dramatizadas salen muy favorecidas en “Argo”.
Crear una película basada en hechos reales,
como es el caso, y además escondiendo detrás de todo una telaraña política,
conlleva ciertos riesgos. Algunos como caer en el tedio, mala dosificación de
la información o, sencillamente y para que nos entendamos todos: aburrir. Ben
Affleck demuestra que todo lo que podría haberse convertido en un problema sabe
transformarlo en un arma. Porque todos los detalles políticos que narra no son
más que la chispa que dispara la verdadera esencia de la obra, que no es otra
que un cariño especial por el cine. No quiere decir esto que el capítulo
cinematográfico de “Argo” sea la única pieza de la película. El director mezcla
con mucho acierto el cine, la Ciencia Ficción, Hollywood, la política y los
Estado Unidos. Todos los episodios están en una perfecta conjunción que
arrastra al espectador hasta su emocionante desenlace.
A pesar de lo que pueda parecer, la película
contiene una gran dosis de puntos cómicos. Es algo que hay que agradecer a dos
grandes miembros del reparto como son John Goodman y Alan Arkin. Goodman,
interpretando a John Chambers, el famoso maquillador de “El planeta de los
simios” (Franklin J. Schaffner, 1968), está soberbio. Y Arkin, en su cómica y
satírica interpretación del productor Hollywoodiense hace que cualquier
espectador sienta empatía hacia él a pesar de las evidencias, moralmente
dudosas, que plantea en la industria del cine.
El punto más crítico de la película es la
pregunta que la mayoría nos hemos hecho antes de verla: ¿Será una producción
realizada con el único objetivo de que Ben Affleck pueda lucirse como actor y
director? La respuesta es rápidamente contestada en los primeros minutos: NO.
“Argo” va mucho más allá de un simple desarrollo de ego profesional por parte
de Affleck. Es una carta de amor al cine. Sobre todo si os gusta la Ciencia
Ficción. Y, además, posee un especial cariño hacia los capítulos más recónditos
de la historia que, como se evidencia, suelen ser también los más llamativos.
Somos un par de jóvenes cinéfilos que empezamos a escribir en VayaCine y lo dejamos por falta de tiempo que no de ganas.
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