"El mundo se divide en dos, Tuco: los que encañonan y los que cavan. El revólver lo tengo yo, así que ya puedes coger la pala". ( Clint Eastwood en El bueno, el feo y el malo)
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3 de enero de 2014

A propósito de Llewyn Davis, un homenaje a los que se quedaron por el camino


Este año comenzamos el curso cinematográfico 2014 con una crítica del director Pablo Riquelme sobre la última película de los hermanos Coen. Aquí os dejamos las impresiones de Pablo tras videar (como diría nuestro drugo Alex) A propósito de Llewyn Davis
"A PROPÓSITO DE LLEWYN DAVIS"
La nueva película de los hermanos Coen, "A propósito de Llewyn Davis", es una elegía. Un relato honesto, crudo y realista sobre aquellos que se quedaron en el camino.
Soberbia actuación de Oscar Isaac como actor principal y una puesta en escena que intimida por su gran potencial. Frío, desolación y lamento. Todo trazado con el ácido y característico humor negro de estos directores. 
El discurso de la película no es apto para todo tipo de público por dos razones: la sinceridad de su mensaje convierte al filme en una visión poco esperanzadora sobre el mundo artístico y, más concretamente, del espectáculo. Pero, además, la particular narrativa de estos dos genios que hay tras las cámaras siempre convierte a la obra en un producto muy polarizado. En mi caso estoy en el banquillo de los que han salido admirados por el trabajo. Los Coen saben, desde la primera línea de guión, cuál es el objetivo al que quieren llegar y el sabor amargo que van a producir. Si quieres ver una utopía sobre la vida y el espectáculo entonces "A propósito de Llewyn Davis" no es tu película, ni tampoco los Coen son los directores que buscas. Pero si es un cine sólido y potencialmente tragicómico lo que buscas, gozarás.

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26 de noviembre de 2012

Argo tensión y emoción a raudales



Pablo Riquelme nos vuelve a dejar su crítica en este blog. 
Argo tensión y emoción a raudales
Era una película recomendable incluso antes de saber mucho sobre ella. Pero ahora que la he visto puedo decir, de una forma sincera y sin tapujos, que emocionó.

“Argo” dirigida por Ben Affleck es un producción cargada de tensión y suspense. Un thriller que durante todo su metraje te mantiene con el corazón acelerado. La narración de Affleck como director es magnífica. Sus técnicas para que el ritmo sea frenético son acertadas en todo momento. El montaje paralelo, de hecho, ayuda en gran medida en este caso.  Es algo que ha sido muy utilizado. En películas tan potentes como, por ejemplo, “Heat” (Michael Mann, 1995). Aunque, no por ello, siempre ha sido una técnica que saliera indemne. Sin embargo, no sólo ésta, sino otras como la incrustación de imágenes reales en unión a las dramatizadas salen muy favorecidas en “Argo”.

Crear una película basada en hechos reales, como es el caso, y además escondiendo detrás de todo una telaraña política, conlleva ciertos riesgos. Algunos como caer en el tedio, mala dosificación de la información o, sencillamente y para que nos entendamos todos: aburrir. Ben Affleck demuestra que todo lo que podría haberse convertido en un problema sabe transformarlo en un arma. Porque todos los detalles políticos que narra no son más que la chispa que dispara la verdadera esencia de la obra, que no es otra que un cariño especial por el cine. No quiere decir esto que el capítulo cinematográfico de “Argo” sea la única pieza de la película. El director mezcla con mucho acierto el cine, la Ciencia Ficción, Hollywood, la política y los Estado Unidos. Todos los episodios están en una perfecta conjunción que arrastra al espectador hasta su emocionante desenlace.
A pesar de lo que pueda parecer, la película contiene una gran dosis de puntos cómicos. Es algo que hay que agradecer a dos grandes miembros del reparto como son John Goodman y Alan Arkin. Goodman, interpretando a John Chambers, el famoso maquillador de “El planeta de los simios” (Franklin J. Schaffner, 1968), está soberbio. Y Arkin, en su cómica y satírica interpretación del productor Hollywoodiense hace que cualquier espectador sienta empatía hacia él a pesar de las evidencias, moralmente dudosas, que plantea en la industria del cine.

El punto más crítico de la película es la pregunta que la mayoría nos hemos hecho antes de verla: ¿Será una producción realizada con el único objetivo de que Ben Affleck pueda lucirse como actor y director? La respuesta es rápidamente contestada en los primeros minutos: NO. “Argo” va mucho más allá de un simple desarrollo de ego profesional por parte de Affleck. Es una carta de amor al cine. Sobre todo si os gusta la Ciencia Ficción. Y, además, posee un especial cariño hacia los capítulos más recónditos de la historia que, como se evidencia, suelen ser también los más llamativos.

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