"El mundo se divide en dos, Tuco: los que encañonan y los que cavan. El revólver lo tengo yo, así que ya puedes coger la pala". ( Clint Eastwood en El bueno, el feo y el malo)
Pablo Riquelme se muestra conciso y director en la crítica de la película Mamá. Hay dos tipos de películas de terror: aquellas que impregnan tu memoria con desasosiego y ansiedad y aquellas que olvidas al salir de la sala de cine. “Mamá” (Andrés Muschietti, 2013) es del segundo tipo.
No hay nada a nivel técnico que se le pueda reprochar a esta película. De hecho, estando producida por Guillermo del Toro, no es algo que debiera sorprendernos. El problema está en su desarrollo torpe y convencional a partir de la presentación de personajes y del conflicto principal. Pero aún más escandaloso me ha resultado su desenlace que, con dosis de fantasía sacadas de la manga, desenfoca completamente lo que, en un principio, podría haber sido una pasable película de terror.
Encontraréis sustos si es lo que buscáis. Pero ya está. Una oportunidad perdida. Y digo “oportunidad” porque la premisa no está mal. Pero el insuficiente desarrollo de los personajes y la (todavía desconocida para mí) pretensión de la película hacen que resople con resignación: “Pfff…pues otra más”.
Muschietti no me ha contado nada. Y si lo ha hecho no me ha interesado.
Una semana másnuestro colaborador y amigo el director Pablo Riquelme nos trae su crítica. Esta vez le ha tocado el turno a la película de terrorSinister.
Scott Derrickson se redime de su
lamentable anterior trabajo como director, que no fue otro que el remake de
“Ultimátum a la tierra” en 2008, con esta convencional aunque efectiva película
de terror.
“Sinister”(Scott Derrickson,
2012), en pocas palabras, da miedo. Y mantiene el pulso con mucho acierto
impidiéndote caer en la distracción o en el aburrimiento. Y es que el truco de
una buena película de terror, como indica el maestro del género, John
Carpenter, está en el ritmo. Cosa que Derrickson controla muy bien. Cuando el
público se siente en su butaca será presa de “Sinister” como si de un imán se
tratara.
La forma con la que se dosifica
la información a lo largo del guión causa el suficiente interés en el
espectador como para que éste preste atención a cada pequeño punto, y la
suficiente tensión como para hacerte agarrar la butaca esperando que algo salga
de entre las sombras del lúgubre despacho del protagonista. Y este último
aspecto me parece vital porque, aunque es inevitable recurrir a la pirotecnia
visual y artificios de post-producción en las películas de terror, “Sinister”
intenta no abusar de ellos. Son los momentos en los que se recurre a la
sencillez los que realmente…acongojan: poniendo como ejemplo la cantidad de
encuadres en los que un único punto de luz centra al protagonista haciendo que
la soledad nocturna de Ethan Hawke ante los visionados del proyector de 8mm
resulte amenazante.
Por otro lado, el conflicto del
personaje principal interpretado por Hawke es bastante más humano y racional
que el de cualquier protagonista al uso de una historia similar a esta.
Podríamos decir que lo normal es tener a un padre de familia divorciado
preocupado por cambiar de aires y de proporcionar a su familia un buen hogar,
aunque a regañadientes de alguno de los hijos. Es como una constante en el cine
de terror contemporáneo. Sin embargo, Scott Derrickson aporta en su guión algo
más de convicción centrándose en los aires de grandeza de un famoso escritor
que busca realzarse como novelista de éxito. Es su ego el que le mueve, y no su
amor filial. Algo que queda patente en los primeros minutos de película y que
aporta algo de frescor al arranque de la trama.
Pero, sin duda, lo más llamativo
de esta producción es la manera con la que el terror se centra en algo tan
inanimado como inmortal: el celuloide. Y es que, cada vez que el protagonista
decide enfrentarse a una de las terribles visiones que le proporciona éste, y
aprieta el botón de encendido del proyector de su despacho, los ojos de
cualquier persona de la sala enseguida se centran en el enorme potencial que
aporta el querer conocer las devastadoras imágenes que están pasando ante el
personaje principal.
“Sinister” es terrorífica,
dinámica y atractiva. Perfecta para pasar 2 horas de tensión y disfrute.
Aunque, advertidos quedáis todos, de que su final hará que necesitéis contacto
humano al salir de la sala.
Somos un par de jóvenes cinéfilos que empezamos a escribir en VayaCine y lo dejamos por falta de tiempo que no de ganas.
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